Laura Chinchilla; incoherencia y doble moral

Despues de ver modelos y platinas, quisiera retomar por un segundo el tema de la politica, ayer navegando por el Fusil, me encontre con el Blog de Alvaro Jimenz Morales, Cosas Que Pasan, y realmente me gusto el post que hizo sobre Laura Chinchilla, procedo a reproducirlo con la previa autorizacion del autor....

"Doña Laura Chinchilla es el típico ejemplo de un político tradicional costarricense.

Si analizamos desde su retórica, sus propuestas, su discurso, su equipo de trabajo y hasta sus anuncios publicitarios, sólo podemos concluir que toda ella representa más de lo mismo. Evidentemente el maquillaje se le está corriendo al partido neoliberal.

Laura simplemente es un rostro nuevo para las mismas ideas viejas y obsoletas del modelo liberal. Laura no es más que un títere, una excusa, una grada que los Arias utilizan para seguir con su régimen sobre nuestro país. Terriblemente populista, falsa y manipuladora, debe ser juzgada por sus actos incoherentes, por su falta de liderazgo, por su incapacidad y su falta de carácter.

Su proceso de candidatura fue tan risorio, frustrante y alarmante como el pensar que miles de costarricenses no despiertan ante una realidad que está ahí, esperando ser sentida, conocida y cambiada. Su campaña multimillonaria, refugiada en el anonimato de sus donantes, hace que ella – si llega al poder – se vea condicionada a la hora de la toma de decisiones, y que, por obligaciones ya adquiridas, vaya a terminar gobernando para una pequeña cúpula. Sólo así, y siguiendo el ejemplo de su tutor Arias, se puede llegar a entender proyectos como la minería a cielo abierto, las concesiones para carreteras con peajes incluidos, la dudosa compra de trenes a Heredia, las asesorías a 8 millones por mes, los fondos del BCIE, las negociaciones secretas con China, etc…

Pero hay más, ayer doña Laura se dejó decir: “Hay gente que ha condenado la negociación en la política y la esencia en la política es la negociación; sin negociación no hay política. Quienes no creen en la negociación, que se vayan a las iglesias a predicar”.Sin lugar a dudas un comentario del que se pueden deducir muchas cosas, pero que a su vez lleva un mensaje claro. No sólo nos revela un poco más de las creencias religiosas de Doña Laura (quién en Cartago el día de las elecciones internas del PLN sí andaba detrás de la negrita, persignándose y besando rosarios) sino que también es digno de una reflexión en cuanto al discurso político de la candidata neoliberal.

“Quienes no creen en la negociación, que se vayan a las iglesias a predicar…”Este discurso ofensivo para los líderes y por consecuencia para los fieles de sectores religiosos (pues los trata de totalitaristas e inflexibles) provoca además un alarde en el supuesto sentido de negociación de doña Laura, sin embargo, y como su hipocresía no tiene límites, habla de negociación después de haber sido incapaz de concretar un acuerdo general con don Ottón Solís, quién desde hace varios días, y sin avisar a los medios para evitar el show, había enviado una carta solicitándole el cumplimiento de algunos puntos para el beneficio democrático de cara a las elecciones venideras.

Ella ni siquiera respondió a la carta.Días antes de la convención liberacionista Laura Chinchilla estaba participando en el programa radial “La Hora que Ortiga”. Un radioescucha llamó y le preguntó que si como pastora del rebaño de su partido (adjudicándole mediante una figura popular el título de líder) le parecía correcto tener en su grupo de dirigentes a Fernando Sánchez. Ella respondió indignada – evadiendo la pregunta – diciendo que exigía respeto y que no iba a permitir que a sus seguidores les llamaran animales… Es decir, utilizó la metáfora como excusa para evadir una respuesta argumentada que no tenía, pues le fue imposible en esta ocasión, defender lo indefendible. Típico del político de siempre…

Me vino a la mente un día que Oscar Arias dijo: “Es más fácil renegociar los 10 mandamientos que el TLC”, declaraciones similares a las que Laura dio ayer, cada día se parecen más, aprendió bien.

Álvaro Jiménez Morales.

Difusor Cultural".